El pueblo, de reducida extensión, se dispone en una ladera de manera muy despejada, con calles y plazas de casas muy cuidadas y que ofrecen un conjunto urbano armónico. Lo más destacado de Aras son las ruinas de la Ermita de San Juan del Ramo desde donde se contemplan magníficas visitas del valle del Ebro, la Iglesia de Santa María y la ermita del Santo Cristo del Humilladero.